El precio de la cura

 

El precio de la cura
✝️ Una historia que toca el corazón

Iba conduciendo por la carretera cuando las noticias interrumpieron la música:

“En un pueblo cercano, una plaga misteriosa ha causado ya 25 muertes en apenas dos días.”

Al día siguiente, el virus ya se había extendido a cinco pueblos más. Las muertes se contaban por decenas. En todos los canales, en todas las voces, solo se hablaba de una cosa: el mundo estaba en peligro.
Los científicos trabajaban sin descanso. La cura no aparecía. El temor crecía.

Al cuarto día, ya era una pandemia. El país entero estaba infectado. Las fronteras comenzaban a cerrarse, los hospitales colapsaban, la esperanza se desvanecía.

Hasta que llegó el día diez.
El anuncio fue claro y desesperado:

“Lleven a sus hijos a los centros de salud. Estamos buscando algo en su sangre… algo que pueda salvarnos.”

En un hospital, un padre llegó con su único hijo. Lo abrazó, lo miró a los ojos y lo dejó entrar a hacerse la prueba. Pasaron horas. El padre caminaba de un lado a otro, preocupado.

Finalmente, el médico salió. Su rostro reflejaba una mezcla de alivio y pesar.

—¡Señor! Encontramos la cura. Está en la sangre de su hijo.
—¡Gracias a Dios! —respondió el padre emocionado— ¿Cuánta sangre necesitan?
El médico bajó la mirada.
—Toda.

El padre se quedó en silencio. El corazón se le rompió.
—¿Toda…? Eso significa…
—Sí, señor. Si nos da su sangre, su hijo morirá. Pero millones vivirán.

El padre, entre lágrimas, abrazó a su hijo una última vez.
Y con un dolor que el mundo jamás entenderá… lo dejó ir.

Un mes después, el mundo celebraba su salvación.
En la plaza central se organizó una ceremonia en honor a ese joven héroe…
Pero casi nadie fue.

Solo el padre y unos pocos familiares asistieron.
El resto… estaba ocupado. En casa, en fiestas, en su vida.

Y el padre lloró.
No solo por su hijo, sino porque el mundo ya lo había olvidado.

Esta historia nos recuerda a otra, mucho más profunda:

💔 Dios también entregó a su Hijo.
🩸 Jesús derramó toda su sangre para salvarnos.
🙏 Lo hizo por ti, por mí, por todos…
Pero hoy, muchos lo han olvidado.

¿Y tú? ¿Te acuerdas de ese sacrificio?

Con respeto y amor,
Walter Amorós