Padre Pilar de valores en el Perú que soñamos
En el Perú, donde cada día enfrentamos desafíos sociales, económicos y morales, la figura del padre cobra un valor inmenso. No solo como proveedor o autoridad en el hogar, sino como guía, educador en valores, y sobre todo, como ejemplo. En este Día del Padre, más que celebrar con regalos, es momento de reflexionar sobre lo que significa verdaderamente ser padre en nuestra tierra.
Ser padre en el Perú implica luchar día a día contra las adversidades, muchas veces trabajando más de una jornada para sostener el hogar. Pero también es sembrar principios: enseñar con el ejemplo que la honestidad vale más que el dinero fácil; que el respeto se gana con amor firme; que el compromiso con la familia es más fuerte que cualquier excusa.
Nuestros padres, en los barrios de Lima o en los pueblos de la sierra y la selva, son muchas veces los primeros formadores de conciencia. Son quienes enseñan que ayudar al prójimo, respetar a la madre, honrar la palabra y vivir con dignidad son principios que no deben perderse, ni siquiera en tiempos de crisis.
Hoy, más que nunca, necesitamos padres valientes. Padres que críen hijos con espíritu crítico, pero con el corazón noble. Padres que transmitan que el éxito no se mide solo en bienes, sino en principios. Que ser peruano también es un orgullo que se defiende con trabajo honesto y con amor al prójimo.
Un saludo especial a todos los padres del Perú: campesinos, obreros, maestros, policías, médicos, emprendedores, y tantos más, que sin salir en portadas, construyen día a día la esperanza de un país mejor. Que su ejemplo no pase desapercibido. Que su esfuerzo no quede sin reconocimiento.
Feliz Día del Padre. Y gracias por enseñarnos a ser mejores hijos y mejores peruanos
Son los sinceros deseos de Walter Amoros Wong
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